EN BUSCA DEL DULCE ABSOLUTO

domingo, 10 de enero de 2010


Todo el mundo busca placer, pero en realidad buscan la bienaventuranza divina, todos buscan a DIOS. Las escrituras más antiguas y las almas más perfectas nos dicen que el Señor Supremo es sat-cid-ananda: por naturaleza, Él es eterno, lleno de conocimiento y de éxtasis. Pero en este mundo material, todo es exactamente lo opuesto, como un reflejo lejano. Tanto este mundo como sus habitantes son creados temporalmente para facilitar la evolución de las almas hacia la perfección. Sin embargo, en la actualidad ellos carecen de conocimiento trascendental, siempre están llenos de ansiedad y no han obtenido siquiera una gota de felicidad verdadera.


Los hombres nunca piensan que van a morir; y cuando están muriendo, por lo general no pueden concebir que sólo están cambiando de cuerpo. Desafortunadamente tienen que dejar toda una vida de logros materiales que no le servirán de nada en ese momento tan crucial. Buscan poder y conocimientos materiales, erróneamente piensan que el placer de este mundo es eterno. No pueden discriminar, disociar lo eterno de lo temporal.


En verdad, el alma es parte de DIOS y, aunque en ínfimo grado, posee las misma cualidades del señor. Es eterna, es inmutable y nunca muere cuando muere el cuerpo. Es permanente e independiente de este cuerpo material, de la mente y de la inteligencia. Cualitativamente, el alma es identica al Señor Supremo. Una gota de agua tiene todas las cualidades del océano, aunque la cantidad y la capacidad no sean las mismas. De todos modos, el alma también es eterna y posee conocimiento y bienaventuranza plenos. No obstante, cuando está separado de su divino señor y sus asociados, es como un pez fuera del agua; su condición se vuelve temporal, cambiante, y su conocimiento limitado. Sólo puede ver, oír o comer hasta cierto límite. Su mente se contamina con el poder de este mundo y su inteligencia se torna escasa y defectuosa por la arrogancia de su propio ego.



Con estas dificultades tan limitadas, el alma busca los placeres de este mundo. Trata de encontrar placer aquí y olvida su bienaventurado hogar, donde a cada paso, a cada instante, se experimenta el placer trascendental; donde la felicidad, la belleza y el encanto están presente en todo momento; así, este mundo es un reflejo lejano de lo que allí existe plenamente.



La Solución

Se nos ha condicionado a la conciencia de este mundo no sólo durante esta vida, sino desde tiempo inmemorial. Se nos a condicionado de diversas maneras desde la niñez. Hemos sido programados de una manera particular para creer ciertas verdades de este mundo. Sin embargo, para regresar a la etapa perfectiva del amor, a la etapa de la beatitud final es necesario reprogramarnos. Para lograrlo, nuestro Divino Maestro Srila Bhagavata Bhusana Guru nos está otorgando un gran mantra, el POWER MANTRA PERSONAL, invocación sagrada que contiene los nombres del Señor Supremo y tan poderosa que puede desencadenar al alma por largo tiempo suspendida en este mundo, proporcinandole un movimiento devocional dinámico.